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de superficies comparado con el año 2020, y ahora avanza a
otro año de batir un nuevo récord.
Según Cal Fire, la agencia estatal de extinción de incendios,
los periodos prolongados de altas temperaturas y
sequía, vientos fuertes de niveles sin precedentes y tormentas
eléctricas, acumulaciones importantes de combustible
seco y el desarrollo continuo en la interfaz urbano-forestal
están aumentando la cantidad de incendios y haciéndolos
más peligrosos. Pese a que una cantidad importante de estos
incendios son por causas naturales, muchos se han originado
por fuentes de ignición relacionadas con el ser humano,
como incendios provocados, vehículos, actividades al aire
libre y fallas en el tendido eléctrico. La acción, colaboración
y asociación entre empresas de servicios públicos, reguladores,
comunidades, agencias y otras partes interesadas
enfocadas en reducir la probabilidad y consecuencia de los
incendios continúa siendo de suma importancia.
Las condiciones ambientales en que funcionan las líneas
eléctricas han evolucionado rápidamente debido a los efectos
agravantes del desarrollo del cambio climático y las condiciones
sociales y económicas. La magnitud total de la creciente
amenaza de incendios en California y la importancia
de sus consecuencias no fue evidente hasta 2017, cuando
el estado experimentó cinco de los incendios más destructivos
en su historia. Y se complicaron en 2018 con
tres incendios más de ese tipo. Ocho de los 20 incendios
más destructivos en la historia de California ocurrieron
durante esos dos años, destruyendo más de
31,000 estructuras; el doble de lo consumido por los
otros 12 incendios.
Esta tendencia de riesgo cada vez mayor respecto
al año anterior debido al cambio climático
se consolidó más en 2020, un año histórico en que
se duplicó con creces el registro de acres quemados
en 2018 e incluyó cinco de los seis incendios más
grandes de California. El riesgo de los incendios en
California aumentó hasta el punto en que la seguridad
de sus comunidades requirió medidas adicionales.
Estos cambios fundamentales en las condiciones
ambientales en que está funcionando la red eléctrica
han fomentado una revisión del diseño de la red y su funcionamiento.
El aumento del riesgo de incendios crea una
necesidad incluso mayor de encontrar medios para reducir la
probabilidad de igniciones asociadas con la infraestructura
de Southern California Edison (SCE).
Como una de las empresas de servicios públicos y operadores
de redes eléctricas más grandes de los Estados Unidos,
SCE, una subsidiaria de servicios públicos de Edison International,
adoptó un enfoque agresivo en reimaginar la red no
solo para combatir el riesgo de igniciones de las líneas eléctricas,
sino también con la idea sentar las bases para contar
con una red eléctrica más resiliente y sostenible en el futuro.
Desde la segunda mitad de 2017, cuando era evidente que
el cambio climático había aumentado los riesgos de incendios
catastróficos de manera significativa en California, la
enero/febrero 2022
resiliencia de las redes contra los incendios se convirtió en la
máxima prioridad operativa de SCE. El objetivo era proteger
la seguridad pública de las comunidades que atendía.
SCE ha tenido una larga experiencia en medidas de
prevención de incendios que se remonta a varias décadas.
Incluye protocolos operativos especiales como el bloqueo
remoto automático de reconectores en condiciones de " alerta
roja " , vigilancias anuales con departamentos de bomberos
locales antes de cada temporada alta de incendios en el año
para despejar la vegetación cercana a las líneas eléctricas y
prácticas operativas para restringir las actividades de campo
que pudieran generar fuentes de ignición bajo condiciones
meteorológicas inclementes de incendios.
Al avanzar partiendo de su experiencia en prevención
de riesgos de incendios e igniciones y agregando extensas
evaluaciones comparativas con otras empresas de servicios
públicos de los Estados Unidos y el resto del mundo, SCE se
lanzó a mejorar el funcionamiento seguro y la resiliencia de
su sistema eléctrico enfocándose en tres áreas principales:
✔ mayor fortalecimiento de la red
✔ mejores prácticas operativas
✔ mayor conciencia situacional.
Esta estrategia fundamental se basa en los principios de la
ciencia del fuego de combatir dos de los tres lados del triángulo
del fuego (figura 1). Un lado es eliminar las posibles
fuentes de ignición y potenciales fuentes de combustible, y el
otro es complementar dichos esfuerzos con una mayor conciencia
situacional para anticipar mejor un posible aumento
de las condiciones de amenaza de incendio. El oxígeno, tercer
lado del triángulo, puede asociarse con condiciones ventosas
como catalizadoras del fuego. Aunque va más allá del
control de SCE, la instalación de estaciones meteorológicas
y un sistema de conciencia situacional ayudan a evaluar riesgos
e informar mejor nuestra estrategia operativa.
Si bien la cartera de medidas de mitigación de SCE
aborda todos los aspectos de riesgos de incendio, esta se
enfoca principalmente en prevenir igniciones de incendios
asociadas con equipos de servicios públicos. Este es un enfoque
adecuado: aunque los equipos de servicios públicos han
estado históricamente relacionados con solo hasta el 10 %
de todos los incendios del estado, han sido tan importantes
como el 25-46 % del total de superficies quemadas. Esto
se debe principalmente a que las igniciones provenientes de
servicios públicos aumentan cuando la velocidad del viento
es mayor (p. ej., por objetos que caen en las líneas eléctricas,
líneas eléctricas que se golpean entre sí y fallas de equipos),
lo que significa que las condiciones son más favorables para
la propagación de incendios, la extinción es menos efectiva y
los bomberos probablemente se vean superados.
Diseño de redes y operaciones
para una mayor resiliencia
Tradicionalmente, las líneas eléctricas de empresas de servicios
públicos se construyen con conductores descubiertos.
Este enfoque ha satisfecho las necesidades de electricidad
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