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semana), se presentarán mucho más a menudo situaciones en las que se produce demasiada electricidad.
✔✔ Sin embargo, a veces (como en el caso de una ola de
frío, como sucedió durante el invierno europeo de febrero de 2012), con inversión térmica, poco viento y
cielos oscuros (por lo tanto, nada de PV), de 17:00h
a 18:00h, cuando se presente la demanda máxima en
el noroeste de Europa, se producirá muy poca electricidad de fuentes de energía renovables y se requerirá
una típica reserva térmica (siempre que el almacenaje
eléctrico no esté disponible en cantidades de gran escala a un costo asequible).
En el Gráfico 1 se presenta un ejemplo del aspecto que
puede tener una carga residual para los distintos niveles de
energía eólica y solar PV.

almacenamiento (lo cual puede conllevar importantes pérdidas de eficiencia de hasta un 20-30%). ¿Se tendrá en cuenta
solo la demanda de la red?
Además, muchos programas de apoyo no reflejan costos, como la medición neta y las tarifas reguladas. La
consiguiente producción eléctrica de costo marginal cero
por parte de los hogares puede estimular el consumo irresponsable de electricidad. Como consecuencia, el concepto
de "eficiencia energética" puede perder su significado. Al
final, se puede exigir aplicar un concepto más general de
"eficiencia de los recursos" (incluidos el costo de inversión,
fabricación y trabajo de instalación) y de flexibilidad en
el consumo. Esto, de hecho, se acerca mucho a la idea de
eficiencia económica, que puede ser el único concepto relevante en este contexto.

Políticas sobre CO2

Interacciones Entre las Políticas Energéticas de
la UE

El objetivo de reducción del 20% de GHG con respecto a
1990 se reajusta al 14% de reducción con respecto a 2005
(gracias a cifras más completas y fiables) y después se subdivide en dos categorías distintas (ver Gráfico 2). El instrumento principal de las políticas sobre CO2 es el régimen de
comercio de derechos de emisión (RCDE), que representa,
aproximadamente, la mitad de las emisiones de CO2. Afecta
a los sectores energéticos intensivos y a los sectores de energía eléctrica y de calor, con una limitación de emisiones que
disminuye en 1,74 puntos porcentuales anualmente hasta
2020. Los demás sectores al margen del RCDE (con un total
del 50% de las emisiones de CO2) constituyen, principalmente, el sector de transportes, residencial y de servicios,
pequeñas y medianas industrias, y la agricultura. Trabajan
según un régimen de asignación por países que debería conducir a la reducción de un 10% en comparación con el año
2005. En cuanto a energías renovables, el objetivo europeo
para los sectores fuera del RCDE se ha dividido en objetivos particulares de cada estado miembro (que van desde el
20% al −20%), en gran parte según su PIB per cápita. Es
importante entender que ambas categorías de reducción son
independientes una de la otra: para el RCDE existe un sistema de limitación y comercio entre las sociedades en los
sectores nombrados (un mecanismo basado en el mercado);
mientras que para el llamado "esfuerzo compartido" en los
sectores fuera del RCDE, los países son los responsables, en
los sectores mencionados.
Conservación de Energía

A pesar de que desde hace casi medio siglo se ha hablado
mucho de la conservación de energía, el ahorro de energía
y la eficiencia energética, estos parecen ser uno de los objetivos más difíciles de alcanzar. Después de una evaluación
en 2014, las políticas se ajustaron, pero se sigue dudando si
se alcanzará el objetivo. Asimismo, no está del todo claro
cuál será la línea de base de referencia. En el futuro, será
cada vez más importante para aclarar lo que se entiende por
el "consumo" de "prosumidores", que pueden disponer de
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La filosofía detrás del sistema de limitación y comercio del
RCDE de la UE para la reducción de gases de efecto invernadero es lograr el objetivo de reducción de los mismos de la
manera más económicamente eficiente reduciendo primero
donde es más barato. (Técnicamente, esto significa que las
reducciones tienen lugar primero donde los costos marginales son los más bajos). El importante despliegue de las energías renovables (especialmente de la energía eólica y la solar
fotovoltaica, pero también la biomasa), con un importante
apoyo de la opinión pública, no ha afectado realmente a las
emisiones de CO2 en Europa, debido a que estas están limitadas por el RCDE de la UE. Podrían haber contribuido a
limitar las emisiones per debajo del límite, pero a un costo
superior a lo que podría haber sido óptimo. Estas fuentes de
energía renovables habrán reducido las emisiones de CO2 en
determinados países, pero no en Europa en general. En otras
palabras, las emisiones de CO2 evitadas por estas energías
renovables subvencionadas serán reemplazadas por otras
emisiones de CO2 de fuentes de calor o de producción eléctrica de la industria que también pertenecen al RCDE de la
UE. Para decirlo sin rodeos, los subsidios para las energías
renovables han facilitado, de hecho, la quema de más combustibles fósiles provenientes de la industria y el carbón para
la producción de electricidad.
Compartiremos algunas observaciones por partes.
✔✔ El mismo razonamiento se podría aplicar para las nuevas plantas nucleares o el cierre forzado, precipitado,
de las plantas de carbón con respecto a las emisiones
de CO2 locales o de Europa en general.
✔✔ Si no hubiera existido el RCDE, entonces la única
alternativa podría ser una combinación de medidas
como el apoyo a las fuentes de energía renovables y
a las políticas de ahorro energético. O bien, visto de
forma positiva, las contribuciones a las reducciones de
las emisiones de CO2 debido a que las fuentes de energía renovables pueden permitir una reducción más
acelerada límite de CO2 en el RCDE.
enero/febrero 2017

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