IEEE Power & Energy Magazine - Spanish - May/June 2020 - 29

mensajes y alertas de texto para preparar a los clientes para
eventos de consumo máximo.
Las empresas también pueden usar estas mismas herramientas y tecnologías para entender y satisfacer las necesidades de sus clientes, por ejemplo, a través de programas
piloto y estudios experimentales que puedan ayudar a predecir la respuesta de los clientes. Para minimizar las reacciones contrarias al comienzo de la transición, las empresas
de servicios públicos también pueden hacer una transición
progresiva para los clientes de sus tarifas anteriores a las
nuevas, a través de protecciones en las facturas iniciales o
tarifas en transición.
Cualquier cambio en las tarifas generará sin duda que
las facturas de algunos clientes aumenten y las de otros
disminuyan. El cambio en las facturas dependerá del consumo de energía, el factor de carga y la forma de carga de
cada cliente, así como de la estructura de la nueva tarifa. Por
ejemplo, un cliente con un factor de carga muy alto probablemente tendrá una factura más baja en una tarifa de energía
de TOU en comparación con una tarifa plana, mientras que
un cliente con un factor de carga muy bajo probablemente
tendrá una factura más alta con la nueva tarifa que refleje
los costos, especialmente si el máximo de consumo coincide con los momentos de precios máximos de energía del
sistema. Los clientes con baja demanda de kilovatios obtendrían facturas generales más bajas con la introducción de
un cargo por demanda, mientras que aquellos con una baja
demanda de kilovatios y un alto factor de carga recibirían
una factura más baja con un cargo por demanda combinado
con una tarifa de energía de TOU. Como resultado, aunque
la mayoría de las facturas no cambiaría sustancialmente, este
podría no ser el caso para todos los clientes.
Es posible que los clientes cuyas facturas aumentaran de
manera significativa con las tarifas en tres partes se quejen
y, si los medios de comunicación recogieran sus quejas,
el avance hacia las nuevas tarifas podría detenerse. Por lo
tanto, la implementación de una reforma tarifaria más eficiente basada en costos siempre conlleva una consideración
seria de la satisfacción y la educación de los clientes. No obstante, dados todos los cambios y avances tecnológicos que
actualmente están permeando la industria, esto no debería
ser una razón para resistirse al progreso y mantener un statu
quo desactualizado.
En cambio, para equilibrar estos desafíos y facilitar la
transición, las empresas de servicios públicos primero tendrán que analizar los efectos de las facturas en los clientes
para mitigar de mejor forma estos impactos y anticipar las
reacciones de los clientes. Incluso antes de implementar la
tarifa en tres partes, las empresas de servicios públicos y
los reguladores pueden calcular cambios esperados en las
facturas para una muestra representativa de clientes, asumiendo los perfiles de carga existentes. Estos resultados
deben ser trazados en forma de un gráfico de hélice que
identifique qué clientes tendrán facturas más altas y cuáles
tendrán facturas más bajas. Luego, la empresa de servicios
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públicos puede analizar las características sociodemográficas y regionales de aquellos con facturas significativamente
más altas y así entender el grado en que este impacto afecta
a todos los usuarios.
A continuación, se pueden llevar a cabo simulaciones
para predecir e incorporar las respuestas de los clientes.
Los modelos, como el Modelo de Simulación del Impacto
de la Respuesta a los Precios, el cual fue desarrollado inicialmente para cuantificar el impacto de los TOU y los precios dinámicos en el piloto estatal de precios de California
entre 2003-2004, pueden realizar un análisis del impacto
de las facturas que permita una cierta cantidad de respuesta
a la demanda. Los impactos adversos de las facturas según
las nuevas tarifas en tres partes deberían ser menores de lo
que fueron sin una respuesta de la demanda, a medida que
los clientes cambien su uso entre periodos en respuesta a los
nuevos precios promedio y relativos.
Si los impactos adversos en las facturas siguen siendo
significativos para un determinado grupo de clientes, las
empresas de servicios públicos pueden adoptar varias medidas para facilitar su transición. Estas incluyen:
✔✔ Gradualismo: implementar las nuevas tarifas gradualmente para cada elemento del diseño de tarifas a fin de
preservar la estabilidad de las facturas, por ejemplo,
aumentando gradualmente el precio máximo de una
nueva tarifa de TOU.
✔✔ Protección de facturas: brindar a estos clientes una
protección de su factura durante el primer año y luego elimínelo gradualmente en el transcurso de tres a
cuatro años.
✔✔ Protecciones para clientes vulnerables: hacer que
la tarifa en tres partes sea opcional para los clientes
vulnerables, pero obligatoria para los clientes más
grandes, y aplicar el diseño de tarifa predeterminado
para todos los demás clientes. De manera alternativa,
se puede ofrecer asistencia financiera a los clientes
vulnerables o que sufrirán impactos negativos en la
factura por un periodo definido.
✔✔ Tecnologías habilitadoras: instalar tecnologías habilitadoras, como termostatos inteligentes, en las instalaciones de los clientes que les permitan responder
con mayor facilidad a las señales de precios bajo las
nuevas tarifas.
✔✔ Lanzamiento en dos etapas: estructurar la tarifa en
dos etapas. En la primera etapa, cobrar a los clientes
la tarifa actual si su uso se asemeja a su uso histórico
durante un periodo de referencia dado. En la segunda
etapa, cobrar a los clientes las nuevas tarifas por cualquier desviación de su uso histórico.
Las empresas de servicios públicos también pueden
prepararse para el lanzamiento llevando a cabo grupos de
sondeo con clientes para evaluar posibles campañas de educación y marketing y medir la comprensión de las nuevas
tarifas por parte de los clientes. En base a sus hallazgos, las
empresas de servicios públicos podrán entonces realizar las
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