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para cada cliente, medida por el Índice de Duración Media de
Interrupciones del Sistema (SAIDI, por sus siglas en inglés),
es de aproximadamente 15 h, que es aproximadamente 15
veces mayor que en el Reino Unido.
Es importante señalar que esta falta de confiabilidad
es una de las consecuencias negativas de la regulación. En
Chile, los límites en los precios de las redes de distribución
se han reducido a valores relativamente pequeños, lo que ha
disminuido considerablemente los costos en comparación
con otros países desarrollados. Sin embargo, como se muestra en la figura 3, los menores costos tienen un impacto en
la calidad del servicio debido a las compensaciones entre el
rendimiento de la red y los gastos. En general, las redes de
bajo costo tienden a ser menos confiables. La comprensión
de este equilibrio entre costos y rendimiento es fundamental
en los países en desarrollo, ya que los niveles más altos de
confiabilidad podrían requerir el financiamiento de mayores
niveles de inversión en la red y, por lo tanto, facturas de electricidad más elevadas.
Después de casi 40 años de tarificaciones de redes de distribución en América Latina, la calidad del servicio se está
volviendo más crítica. Además, los responsables de formular
políticas están presionando a los reguladores para que incluyan objetivos más sofisticados en los regímenes de remuneración y tarifas (aparte de los históricos que se centran principalmente en la reducción de costos). Los objetivos incluyen
✔✔ calidad del servicio, incluso más allá de la confiabilidad y la calidad de la tensión, incluida la resiliencia
ante peligros y la satisfacción del cliente
✔✔ equidad y justicia en las tarifas y la calidad
✔✔ innovación y modernización de la red, evolucionando
hacia la red inteligente
✔✔ descarbonización y energías renovables.
Estos objetivos fueron inicialmente desatendidos por los
reguladores a fin de priorizar la electrificación, la cobertura
y el acceso a un costo razonable (téngase en cuenta que el
acceso sigue siendo un problema en países como Bolivia,
Nicaragua y Honduras, tal como se indica en la figura 2).
En nuestra opinión, la remuneración debería evolucionar
para permitir a las redes de distribución innovar y ser más
activas, por ejemplo, operando con tecnologías de redes inteligentes. Esto mejoraría la optimización del CAPEX y OPEX
en las empresas de redes, impulsando nuevas medidas operativas y soluciones sin cables para ofrecer confiabilidad y otros
servicios con mayor eficiencia. Con la creciente penetración
de las FED, las señales de precios serán más relevantes para
que se desplieguen y operen adecuadamente, proporcionando
potencialmente servicios a las redes de distribución y transmisión. Será necesario aumentar los niveles de coordinación
en la interfaz entre los sistemas de transmisión y distribución.
Se estima que los operadores de la red podrán intercambiar
diversos servicios de seguridad y flexibilidad entre los regímenes para lograr, mediante el funcionamiento descentralizado de los diversos sistemas de distribución y la red de
transmisión, soluciones óptimas en todo el sistema.
mayo/junio 2020	

Estas consideraciones son fundamentales en países
donde los costos deben mantenerse lo más bajos posible, al
tiempo que se mejore la calidad y se aborden otros objetivos
del nuevo programa de política energética. Para lograr esos
objetivos, las nuevas normativas deben remunerar y cobrar
por las redes de distribución. A continuación, presentamos
los análisis normativos relevantes de Chile y Brasil, cuyas
autoridades están llevando a cabo reformas en la tarificación. Nos centramos específicamente en la remuneración y
las tarifas.

Chile
El nuevo panorama de políticas
En Chile, como en el resto del mundo, las nuevas políticas
energéticas son evidentes. La agenda actual incluye temas
que van más allá de los debates históricos sobre la limitación
de los costos y la mejora del acceso a los sistemas eléctricos. La política energética de Chile ha tenido razonable éxito
regulando el desarrollo de la red, el acceso y los costos (tal
como se muestra en las secciones anteriores) y ha avanzado
para incorporar dos grandes objetivos: 1) mejorar la baja
confiabilidad evolucionando hacia un sistema más resiliente
y 2) descarbonizar el sector energético mediante la integración de las energías renovables. Existen otros objetivos más
específicos. En el contexto de las redes de distribución, se
incluyen los siguientes:
✔✔ más GD y FED
✔✔ mayor participación para la respuesta y la gestión de
la demanda
✔✔ soluciones más innovadoras de redes inteligentes
✔✔ mayor participación de los sectores del transporte y de
la calefacción/refrigeración
✔✔ más edificios y comunidades que cuenten con su propia generación, almacenamiento, sistemas de gestión
energética y controles (como las microrredes)
✔✔ mayor número de iniciativas para fomentar las ciudades inteligentes.
Para abordar estos objetivos, el gobierno comenzó a cambiar
su enfoque de la normativa de la red de distribución, apoyando la transición hacia un sector energético más confiable,
resiliente, asequible y sostenible. A continuación, resumimos los principales aspectos del debate en Chile, centrándonos en la remuneración. En el caso de Brasil, se analizarán
aspectos relacionados con las tarifas.

El enfoque en la remuneración
La filosofía

La remuneración de las redes de distribución en Chile, que
no ha variado desde 1982, se basa en la idea de comparar el
rendimiento a nivel de costos de las empresas reales con los
de las empresas modelo. La denominada empresa modelo es
una empresa teórica y virtual creada para calcular la remuneración. Esta se diseña de manera óptima y totalmente
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