IEEE Power & Energy Magazine - Spanish - July/August 2023 - 45

Son varios los factores que apoyan esta segunda ola de
comunidades. Algunos son tecnológicos, como el desarrollo
de las tecnologías de generación y el almacenamiento distribuidos
o para el seguimiento y control de las cargas. Otros
se vinculan con el marco normativo y de políticas, como la
liberalización del sector de la energía y el fomento de las
energías renovables. Los factores sociales también están en
juego, como la creciente conciencia ambiental de los ciudadanos
y el atractivo de los principios económicos.
Fortalezas y debilidades
Hoy en día, las comunidades de energía son un actor menor
en el sistema de energía europeo, pero las estadísticas que
tenemos disponibles, si bien están limitadas y suelen ser difíciles
de comparar, confirman que su rol está creciendo (véase
la tabla 1). La situación refleja las fortalezas y debilidades
que caracterizan la acción colectiva en el sector de la energía.
En cuanto a las fortalezas, las comunidades de energía
pueden aprovechar la escala mayor en la que operan vis-àvis
con consumidores individuales. Si bien una familia o un
negocio pequeño puede invertir en una unidad fotovoltaica
de unos pocos kW (decenas), un grupo de familias o pequeños
negocios puede fácilmente instalar una central de varios
cientos de kW o más. Las comunidades de energía también se
pueden beneficiar de la posibilidad de invertir en más de un
proyecto o combinar varias actividades, como la generación
y el suministro. También se pueden beneficiar de las necesidades
complementarias de distintos miembros, lo que mejora
el factor de capacidad de sus activos. En todos los casos, el
costo promedio tiende a disminuir, lo que aumenta la competitividad
de la acción colectiva frente a la individual.
Sin embargo, la búsqueda solo de la eficiencia económica
no es el único punto importante de las comunidades de energía.
Las iniciativas basadas en las comunidades también pueden
afrontar mejor la falta de aceptación social de las nuevas
infraestructuras. Hoy, este problema representa un obstáculo
importante para la construcción de nuevas centrales eléctricas,
incluidas las que funcionan con renovables, y las redes
eléctricas. Las personas ubicadas cerca de un proyecto eólico
o de biomasa desarrollado por una empresa externa a la
comunidad local probablemente se opongan a este, lo que
contribuye a los prolongados procesos de permiso y autorización,
que en este momento son motivos importantes para
la aceptación lenta de renovables y la escalada en el costo
de algunos proyectos. Si se fortalece la confianza que existe
entre los miembros de la comunidad, se involucra a todas
las partes interesadas en el proceso de toma de decisiones
y se busca activamente obtener rendimientos positivos para
la economía y sociedad locales, una comunidad de energía
puede derrotar la resistencia a la construcción de nuevas
infraestructuras y reducir sustancialmente el tiempo necesario
para obtener los permisos y las autorizaciones.
A pesar de las ventajas mencionadas, las comunidades
de energía pueden aún verse perjudicadas por una brecha de
costos persistentes con los actores tradicionales del sector.
julio/agosto 2023
La brecha puede ser el resultado de la escala inmediata en
la que operan las comunidades. Si bien las comunidades
pueden invertir en mayores activos que los individuos, esos
activos suelen ser más pequeños que aquellos operados por
firmas de energía clásicas. En el caso de las tecnologías que
exhiben economías importantes de escala, como la energía
eólica marítima, las iniciativas impulsadas por comunidades
experimentarán una desventaja y serán menos atractivas para
aquellos consumidores que atribuyen un rol importante a los
beneficios económicos de la participación. La expansión de
las comunidades de energía existentes y el establecimiento
de nuevas comunidades que probablemente se verán afectadas.
La
falta de habilidades específicas y los conocimientos
técnicos necesarios para desarrollar y gestionar proyectos
complejos o interactuar con el resto del sistema de energía y
los diversos mercados de energía puede obstaculizar de igual
manera el desarrollo de comunidades de energía y requerir el
apoyo de socios profesionales. Del mismo modo, los límites
de los recursos financieros que se pueden movilizar pueden
implicar una implementación más lenta de los proyectos de
comunidades o incluso la renuncia a iniciativas más ambiciosas.
La misma gobernanza democrática y participativa que
puede fomentar el compromiso de los miembros y la identificación
de soluciones de consenso que pueden convertirse en
desventajas cuando ralentiza el proceso de toma de decisiones
y la subsiguiente fase de implementación. En este contexto,
la presencia de miembros o actores de promoción que
tienen competencias específicas y un sentido de la iniciativa
y el liderazgo resulta ser un ingrediente fundamental para
una comunidad de energía exitosa.
A partir de esta visión general breve, es aparente que
las comunidades de energía tienen el potencial de jugar un
rol importante en la facilitación de la transición energética
y hacerla más sostenible, también desde un punto de vista
social. No obstante, no hay certeza de que ese potencial se
materializará, en especial en la escala que requiere la UE
para lograr las emisiones de gases de efecto invernadero
netas cero para 2050. Para hacer esto posible, es necesario
que el marco normativo y de políticas considere apropiadamente
las características específicas de las comunidades
de energía, tales como la escala de trabajo intermedia y la
naturaleza no comercial. Es igualmente necesario que las
autoridades públicas, puntualmente aquellas responsables a
nivel local, implementen medidas de apoyo concretas que se
ocupen de las debilidades más importantes, como la financiación
insuficiente y la capacidad limitada de lidiar con procedimientos
complejos.
El marco legal europeo
Un nuevo acuerdo para los consumidores
Hasta 2018, no había una referencia específica para el concepto
de comunidad de energía en el marco legal europeo.
Las numerosas directivas y normas emitidas desde la década
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