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del cambiador de frecuencia se cerró
debido a su capacidad inadecuada. La
ciudad y los suburbios contaban con un
suministro de 25 ciclos para su iluminación y fuerza. Durante la década de
1920, la instalación de Mohra funcionó
a solo dos tercios de su capacidad, aunque la demanda de energía aumentaba
gradualmente. La carga diurna total
en la subestación de la fábrica de seda
era de aproximadamente 1,700 kW; la
carga de iluminación de toda la ciudad
y los suburbios era de 600 kW. Había
aproximadamente 2,750 consumidores
residenciales y 12 molinos. En 1933 y
1934, la carga total conectada aumentó
a 4,000 kW y la mayor parte de la demanda procedía de Srinagar.
A los consumidores residenciales se
les proporcionaba un suministro monofásico de 220 V. Todas las instalaciones de iluminación debían tener medidores o limitadores de corriente. Los
calentadores, ventiladores y electrodomésticos requerían medición separada.
La tarifa de las luces era de 6 annas por
unidad, u 11 annas por mes (solo suministro nocturno) por una lámpara de 20
W, además de alquilar el medidor por
8 annas al mes (1933). Las conexiones
eléctricas se proporcionaban para una
carga de iluminación mínima de 40
W, pero a medida que la demanda crecía, solo se permitieron dos bombillas.
(Tenga en cuenta que 1 rupia equivalía
entonces a 16 annas). La potencia eléctrica de 25 ciclos de Mohra no bastaba para una iluminación adecuada y el
funcionamiento correcto de los equipos
modernos. Con la generación de electricidad de 50 ciclos que se estaba iniciando en otros lugares (Ganderbal, 1955),
se tuvieron que crear dos zonas separadas, y la energía generada en Mohra
se utilizó exclusivamente para molinos
y fábricas de seda. Las dos fuentes generadoras (Mohra y Ganderbal) no estuvieron sincronizadas hasta 1962.

personas y producía 200,000 libras de
seda por año. Las máquinas de vapor
a leña alimentaban telares y urdidores
y calentaban los cuencos de filatura de
seda para disolver la sustancia aglutinante que mantenía unidos los finos
hilos del capullo. La madera consumida por las calderas excedía el millón de
libras anuales, lo que ejercía una gran
tensión sobre el suministro de combustible del valle. Se decidió utilizar potencia eléctrica para calentar los cuencos
de filatura en los que se sumergían los
capullos para el hilado. Pero se había
logrado muy poco en esta dirección,
tanto a nivel local como en Europa.
Existían dos métodos obvios de calentamiento mediante potencia eléctrica:
canalizarla a la caldera en lugar de usar
leña y calentar los cuencos de filatura
directamente enviando corriente eléctrica a través de cables.
Se corría un alto riesgo de que una
avería en la caldera que suministraba
todas las filaturas apagara todos los
cuencos. El segundo método de calentar filaturas individuales se consideró
como la mejor opción. Se solicitó a
Crompton and Company, Londres, que
diseñara un sistema de calentamiento
que cortara automáticamente la corriente a una determinada temperatura,
y se le dieron al fabricante los detalles

de los cuencos de filatura y el nivel de
calentamiento requerido. Al principio,
se solicitaron a la empresa algunas
muestras de calentadores. Además, se
realizaron consultas sobre la posibilidad de hilar automáticamente la seda
mediante potencia eléctrica, lo que
mejoraría la calidad del producto. Se
realizó una prueba de funcionamiento simultánea para calentar e hilar los
capullos mediante potencia eléctrica a
menor escala. Aproximadamente en el
mismo momento, un gran incendio en
la caldera destruyó todas las filaturas a
base de vapor. Se construyó un moderno edificio de filaturas, que contenía
1.000 cuencos (664 de los cuales eran
para hilar y 336 para cocinar) equipados con calentadores eléctricos. Los
cuencos para hilar y para cocinar se calentaban mediante bobinas que consumían 1,000 y 800 W, respectivamente.
Para atender la demanda, se construyó
una subestación receptora en la instalación de la fábrica de seda, que albergaba una línea de entrada de 30,000 V y
cuatro transformadores de 500 kW, con
uno de repuesto.

Esquema del ferrocarril
eléctrico de Cachemira
El principal medio de comunicación con el valle de Cachemira era

Fábricas de seda
Grandes fábricas de seda estaban ubicadas en Srinagar (figura 10). En ese momento, Srinagar se distinguía por tener
una de las fábricas de seda más grandes
del mundo, que empleaba a unas 3,300
septiembre/octubre 2020

figura 10. Los extremos de seis filaturas para hilar capullos en Srinagar.
-(Inserción: vista lateral). (De Sir Thomas Wardle, Kashmir: Its New Silk Industry
(Cachemira: su nueva industria de la seda). Londres, 1904).
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