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gura 1). En resumen, abordar el cambio climático requiere una menor dependencia de los combustibles
fósiles para generar electricidad y una mayor dependencia de las fuentes renovables, que la red no está
preparada para acomodar por completo. El aumento de las energías renovables requiere una red más
inteligente, lo que significa utilizar millones de sensores distribuidos por todo el planeta para generar
datos, aplicaciones para analizarlos y dispositivos inteligentes para adoptar medidas basadas en ellos.
Para recopilar y comunicar todos esos datos se necesita una red inalámbrica de banda ancha a nivel
de servicios públicos.
Los mandatos normativos y los compromisos voluntarios de las empresas de servicios públicos
incluyen importantes avances en la descarbonización a un plazo relativamente corto, con metas en
2030, 2035 y 2050. Teniendo en cuenta que las empresas de telefonía móvil comercial tardaron muchos
años en ampliar la cobertura a todo el país, el tiempo es esencial para que las empresas de servicios
públicos instalen redes de banda ancha en sus territorios de servicio que cumplan sus propios requerimientos
de infraestructuras críticas. Este artículo explica cómo podemos conseguirlo.
El desafío: un futuro descarbonizado obliga a
mejorar la comunicación de la red
La cadena de causalidad es directa: en respuesta al cambio climático, las empresas de servicios públicos
están tomando medidas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, incluidos el
dióxido de carbono y el metano. La descarbonización requiere una menor dependencia de los combustibles
fósiles para generar electricidad y un despliegue mucho mayor de fuentes renovables más limpias,
como la energía solar fotovoltaica y la eólica. Estas fuentes de energía renovables suelen ser más
pequeñas y estar mucho más distribuidas que las grandes centrales eléctricas tradicionales, y también
pueden ser intermitentes. De este modo, la empresa de servicios públicos, que hasta ahora enviaba
la energía producida de manera centralizada en una sola dirección a través de la red hasta el usuario
final, se convertirá ahora en el principal orquestador de una multitud de fuentes de energía distribuida
(DER, por sus siglas en inglés). Estos " prosumidores " de la FED pueden pasar de productores a
consumidores de electricidad tan rápido como las nubes tapan el sol. La red nacional,
construida hace un siglo, no se diseñó teniendo en cuenta esta nueva función. En la
figura 2 se ilustra este cambio tan significativo.
Hoy en día, una empresa de servicios públicos debe soportar de
manera segura y eficiente el flujo bidireccional de electricidad a
través de la red. Por lo tanto, los operadores necesitan capacidades
muy mejoradas de visibilidad, control y automatización
de la red. Los sensores, dispositivos inteligentes
y aplicaciones que proporcionarán a los operadores
estas capacidades mejoradas dependen de la
conectividad a través de una red de datos. Estos
sensores y dispositivos ya están proliferando
mucho más allá de los desplegados
incluso hace unos años: una empresa
de servicios públicos propiedad de
inversionistas con un millón de
medidores verá multiplicarse por
ocho el número de puntos finales
conectados entre 2018 y 2028.
El aumento de la sofisticación
y el número de aplicaciones
y puntos finales implica que
muchos más datos atraviesan
la red, y el aumento de
la automatización requiere
que los datos se comuniquen
en tiempo real con
una latencia extremadamente
baja.
septiembre/octubre 2023
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