IEEE Power & Energy Magazine - Spanish - Septiembre/Octubre 2016 - 57

Antecedentes

Mientras que muchos de estos sucesos conocidos públicamente han dado lugar a grandes impactos financieros y al
compromiso de la identidad personal, cuando se trata de los
suministros eléctricos, si sucede una vulneración cibernética,
existe un riesgo aún mayor para los negocios e impacto para
el cliente. A la luz de este creciente y persistente desafío, los
operadores energéticos deben replantear sus programas de
seguridad cibernética de manera inmediata. Una nueva frontera de riesgo informático malicioso tiene el potencial para
redefinir la seguridad informática tal y como la conocemos.
La inconveniencia, el gasto, y la vergüenza del compromiso
convencional de la PII, información personal sanitaria, o la
información de tarjetas de pago es, sin dudas, un problema.
Sin embargo, compare la violación de datos con la potencial
destrucción física de los activos operados por sus servicios que
proporcionan los servicios esenciales para el bienestar de sus
clientes. Imagine cómo la vida diaria se vería
afectada si estos servicios fueran interrumpidos
por largos períodos o ya no existieran. Hasta la
fecha, la mayoría de las operadoras y los legisladores se han centrado, comprensiblemente, en
las vulnerabilidades cibernéticas tradicionales,
los ataques a sistemas conectados a las redes
de tecnología de la información de la empresa
de suministros. Durante un período de tiempo,
este enfoque fue suficiente dado que los ataques
de estos sistemas podían afectar los datos de los
clientes y las operaciones normales de la parte
administrativa como la facturación, la cual
podría impactar en la conexión del servicio del
cliente, la calificación crediticia, o la exposición
al robo de identidad. Mientras tanto, las implicaciones de los ataques cibernéticos en los sistemas operativos de control de suministros que
controlan y gestionan el flujo de energía, representan un riesgo aún mayor de daño y están,
cada vez más, (y creemos que adecuadamente)
ganando la atención de los expertos de los ICS y
en la seguridad informática del espacio.
Para comprender los incidentes cibernéticos de naturaleza potencialmente catastrófica, es necesario ampliar la percepción de la
seguridad cibernética más allá de los dispositivos conectados a Internet y a los servidores.
El Instituto Nacional de Normas y Tecnología
(NIST, de sus siglas en inglés) publicó "Federal information Processing Publication 200,"
donde se definía a un ciberincidente como
"un hecho que eventualmente o potencialmente pone en peligro la Confidencialidad,
IMAGEN AUTORIZADA POR INGRAM PUBLISHING

El término "ciberincidente" generalmente evoca imágenes de un logotipo de un gran comerciante en tu programa favorito de noticias seguido de figuras sombrías que
sugieren otra gran vulneración del cliente. Pocos días después
del incidente, la respuesta de la compañía sugiere cómo perdieron la confianza de sus clientes y cómo van a proteger mejor
la información de indentificación personal (PII, de sus siglas
en inglés) en el futuro. El precio de las acciones cae en picada,
los ejecutivos se marchan, y las operaciones se disparan al
seguir creciendo el recuento de daños. La motivación del atacante es a menudo una recompensa económica o el prestigio
en el mundo de los piratas informáticos. El impacto público
es la pérdida de privacidad y, posiblemente, el robo de identidad de los clientes afectados. Para la empresa, el impacto
incluye la pérdida temporal (o de largo plazo) de los clientes,
la reputación y el valor del mercado y los costos de notificación, verificación de crédito, los estudios forenses, todo lo
legal y los servicios de gestión de crisis (para ayudar a recuperar la reputación perdida). Ningún consejero delegado o
junta quieren oir que han sido cibernéticamente vulnerados.

septiembre/october 2016

ieee power & energy magazine

57
Table of Contents for the Digital Edition of IEEE Power & Energy Magazine - Spanish - Septiembre/Octubre 2016
