IEEE Power & Energy Magazine - Spanish - November/December 2022 - 26

Se implementaron innovaciones en tiempo real y la comunidad
internacional de operadores del sistema se beneficiaron del
intercambio de conocimiento mediante una serie de transmisiones
por Internet en 2020.
El procedimiento de vuelta al trabajo es clave para
prevenir la transmisión futura del virus. Las guías
siguen cambiando a medida que evoluciona el material
científico vinculado con la COVID-19. Al momento de
la encuesta, tres empresas requerían un test de COVID
negativo para que un empleado pudiera volver al trabajo.
El requerimiento más frecuente para volver al trabajo era
que hayan transcurrido al menos 10 días de la primera
aparición de los síntomas, además de no haber tenido
fiebre durante al menos 24 h sin el uso de medicamentos
antifebriles y que hayan desaparecido los síntomas. La
política de vuelta al trabajo en un área en la que los protocolos
dependen mayormente de guías cambiantes de
salud pública. La solución es más simple si los empleados
pueden trabajar desde sus casas; pueden, entonces,
" volver al trabajo " de manera segura una vez que haya
más trabajadores remotos.
La figura 4 muestra la cantidad de casos positivos de
COVID-19 desde marzo de 2020, según el tamaño de la
empresa. No se indicó una correlación entre el índice de
casos y el tamaño de la empresa. Nueve encuestados brindaron
esta información y el índice de casos varió entre el
0.07 % y el 10.75 %. Es importante notar que estos son
cálculos aproximados, ya que en algunos casos la cantidad
informada de casos de COVID-19 y la cantidad de
empleados eran aproximaciones. Los casos probablemente
dependen de distintos factores: las condiciones locales de
la COVID-19, las medidas de prevención en el lugar de trabajo
(como los requerimientos de distanciamiento social y
una buena ventilación), las funciones laborales y el rastreo
de contactos, aunque no se observó un patrón vinculado
con el tamaño de la empresa o la cantidad de empleados.
De las empresas encuestadas, el 42 % (n = 5) informó
transmisión de la COVID-19 en el lugar de trabajo, mientras
que el 35 % indicó que no tuvieron transmisión en el
lugar de trabajo.
Las empresas de servicios públicos y otros trabajadores
esenciales deben planificar cuidadosamente qué tipo
de prueba de detección de síntoma, además de las pruebas
de diagnóstico, es óptima para un entorno laboral determinado.
Por ejemplo, las pruebas de rutina pueden ser más
fáciles ahora que hay mayor disponibilidad de kits de pruebas
en casa. La combinación de pruebas de detección de
síntomas y pruebas de rutina puede permitir que las empresas
detecten casos asintomáticos.
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Vacunación, medidas de control de
infección y EPI
Al momento de esta encuesta, todas las empresas participantes
informaron que fomentaban la vacunación pero no la
exigían. No obstante, la situación de la COVID-19 estaba en
constante evolución, con disposiciones sobre vacunas vigentes
en varios estados y para los contratistas federales. Estos
acontecimientos pueden haber ocasionado la subsiguiente
modificación de las políticas empresariales. Muchas empresas
de servicios públicos indicaron que ofrecían incentivos
para fomentar la vacunación, como dar un día libre extra
con prueba de vacunación y puntos de bienestar extra a fin
de reducir las primas de seguro médico. Debido a que las
empresas no requerían la vacunación, no se pudo saber con
precisión la cantidad de empleados vacunados al momento
de la encuesta. Cuatro empresas brindaron un cálculo aproximado
de los empleados vacunados, que iba desde el 10 %
al 52 % del personal. Una de las principales preocupaciones
informadas por los participantes vinculadas con la vacunación
fue la reticencia del personal de vacunarse (>70 %), lo
que sugería que las empresas pueden jugar un papel activo
en proporcionar datos e información precisa relacionada con
la vacuna.
Las medidas de control de infecciones y el uso de EPI
son un componente crucial para la protección de la salud del
personal de los servicios públicos. De acuerdo con el concepto
de la jerarquía de los controles, la eliminación (quitar
físicamente el peligro) y sustitución (reemplazar el peligro)
son las más efectivas para eliminar el riesgo. Los controles
administrativos (modificar la forma de trabajo) y el uso de
EPI (barbijos y gafas protectoras) son menos efectivas pero
relativamente más baratas de implementar.
El uso de EPI se implementó de inmediato en muchos
lugares de trabajo al inicio de la pandemia. Todas las empresas
participantes brindaron sanitizante para manos y barbijos.
Se informó que los barbijos proporcionados eran distintos
de acuerdo con la disponibilidad, la función laboral y
la preferencia del empleado. Algunas también proporcionaron
gafas protectoras, máscaras protectoras y guantes. Tres
empresas informaron la necesidad de barbijos con clasificación
de arco eléctrico N95 pero no pudieron encontrarlos.
Hasta donde sabemos, estos barbijos son difíciles de
encontrar. Un abordaje aceptable sugerido por una empresa
participante fue usar un barbijo N95 debajo de una pantalla
protectora con clasificación de arco eléctrico.
noviembre/diciembre 2022
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