World Grain Latin America - April 2016 - 6

REDACTOR INVITADO

Claves de la prosperidad de las naciones más pobres

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uscando entender las tendencias económicas generales
que dirigen o entorpecen la demanda de los alimentos
con base en granos, la globalización emerge como una
fuerza más poderosa de lo que se pudo haber pensado. En el
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de la extensión del comercio y el conocimiento adjunto,
era vista como una ventaja para las naciones desarrolladas
empeñadas en hacer de los países en desarrollo mercados
dependientes. Ahora, sucede que esos países en desarrollo
pueden haber sido socios igualitarios si no es que superiores
en beneficiarse de estos esfuerzos. Los resultados han
transformado regiones alguna vez consideradas con
hambruna en lugares de prosperidad creciente, en tanto que
las quejas de ingreso desigual en los países desarrollados
están en aumento.
Escribiendo en Foreign Affairs acerca de asuntos
similares, Ronald Inglehart, profesor de ciencias políticas
en la Universidad de Michigan, dijo, "La globalización está
permitiéndole a la mitad de la población mundial escapar de
la pobreza de nivel de subsistencia pero debilita la posición
de negociación en los países desarrollados." Esta oración
tiene el propósito de explicar el mundo bastante diferente
que ha emergido. De acuerdo al Profesor Inglehart, las
fuerzas de mercado están fortaleciendo estas mismas
tendencias que solamente cambiarán si las políticas en los
países desarrollados conllevan a cambios, no solamente
en la forma en que la globalización funciona para poner
en desventaja a la mayor parte de sus poblaciones sino
para adoptar una redistribución del ingreso. Esta última
controversialmente sesgaría el ingreso del sector más rico,
con frecuencia el 1% en la cima, para mejorar el ingreso de
un número mayor.
Dejando a un lado lo que puede hacerse en las naciones
desarrolladas para sesgar el ingreso entre varios segmentos,
es remarcable examinar la forma que, lo que alguna vez se
consideraba como el horrendo apuro de las naciones más
pobres, ha mejorado. De hecho, el mucho mejor estatus de
las naciones más pobres del mundo ha sido mayormente
pasado por alto en un mundo en donde los medios de
comunicación de noticias se enfocan principalmente en los
reveses en vez de preferir enfocarse en los avances.
A continuación se presenta un resumen de lo ocurrido
desde el inicio de los años 1990 escrito por Steven Radelet,
un investigador de Brookings Institution:
"Mil millones de personas han escapado de la extrema
pobreza, los ingresos promedio se han duplicado, las tasas
de mortalidad infantil se han desplomado, millones de niñas
más se han inscrito en la escuela, la hambruna crónica se
ha cortado casi a la mitad, las muertes ocasionadas por la

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malaria y otras enfermedades han declinado dramáticamente,
la democracia se ha extendido a lo largo y ancho, y la
incidencia de guerra ha caído a la mitad".
Mientras que cada uno de estos cambios ha tenido un
impacto tremendo en la demanda de alimentos, especialmente
de los alimentos con base en granos, es la prosperidad en
aumento lo que ha llevado a muchas personas que viven con
menos de $1.90 al día a menos de mil millones partiendo de
dos mil millones a principios de los 1990. Más de 60 naciones
que reducen la porción de sus poblaciones consideradas como
pobres han hecho que esto ocurra. El crecimiento económico
veloz explica la rapidez de este cambio en la calidad de vida
de muchos países, lo que a su vez ha estimulado las ganancias
en el consumo per cápita de los alimentos con base en granos
a lo largo de muchos de estos países. Seguramente, China es el
factor principal tras esta transformación global, pero muchos
otros países registraron un crecimiento similar, e incluso
superior.
La pregunta de debate actual es saber si el ímpetu de estos
cambios tiene o no alguna oportunidad de continuar. Después
de todo, no hay nada que garantice que fuerzas similares a
las responsables de ese progreso económico de las pasadas
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vez en un lado u otro, hacer ejercicio de independencia.
La globalización, como se señaló, ha creado situaciones
negativas para las naciones desarrolladas y por ello puede
verse aminorada por presiones políticas para desventaja de
los países más pobres. Los nuevos líderes, una tercera fuerza
importante, con frecuencia se han enfocado en acelerar el
progreso económico. Mientras que han ayudado en estimular
el crecimiento pasado, el panorama para el futuro a este
respecto es bastante incierto.
También resulta aparente que los países desarrollados se
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pobres, si por ninguna otra razón, debido a que los nuevos
prósperos se convierten en buenos socios políticos. La promesa
creada para los alimentos con base en grano es asunto positivo
poderoso que debe permanecer como una fuerza resistente.

Morton I. Sosland
Jefe de redacción
World Grain

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